Para desarrollar una presencia cálida, empática y compasiva…

Desarrollar la capacidad de escucha de las y los demás, requiere que desarrollemos la capacidad de auto-escucha, de auto acompañarnos en ese proceso que hace que llevemos la mirada al interior de nosotras/os mismas/os para descubrirnos y conocernos. El conocimiento se adquiere a través de la escucha interior (el autoconocimiento) y ésta requiere de silencio, de desarrollar la capacidad para reconocer nuestra propia voz interior y de aceptar lo que nos dice. Desarrollando esta capacidad para la auto-escucha, desarrollamos la capacidad para la escucha de las y los demás. Ser escuchadas/os es una forma de sentir que se nos valora, se nos respeta y se nos quiere, por eso, entre otras cosas, es importante aprender a escucharnos y a escuchar.

Hemos de aprender a escuchar el dolor físico y emocional de nosotras/os mismas/os; de las personas con las que trabajamos; de aquellas para las que trabajamos y de las personas con las que convivimos, manteniendo una presencia cálida, empática y compasiva. Esta forma de escuchar y de escucharnos también promueve la salud y las relaciones de respeto y de buentrato.